Cuando yo la miro
y ella me devuelve la mirada
Cuando me sonríe callada
inmóvil, en silencio
La fruta prohibida
de dulce sabor, que guarda
el amargo y oscuro secreto,
secreto cuya llave
se perdió en mis entrañas.
Cuando visito dimensiones
perdidas en la nada que
abruma mi mente,
Nada formada por formas
que nacen de mi delirio.
La lluvia que cae desde
los cielos y me purifica,
al igual que el gélido frío
en mi rostro ardiente.
Cuando desahogo mis penas
entre las sábanas,
junto a aquella que me desea
y que sustituye al ron,
mientras nos espía la luna
Mientras duerme el sol.
O dejar de inyectarme
dosis kafkiana tan solo
para ir a contestarle.
Señor T.
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